sábado, 31 de diciembre de 2011


DECISIONES COLECTIVAS Y EL BIENESTAR GENERAL


Dr. Hugo Salinas salinas_hugo@yahoo.



Con seis siglos de “Ari Tayta”, “Aumi papay”, “Si jefe”, “Sí patrón”, “Si mi general”, ha anulado nuestra capacidad de reflexionar. Toda nuestra potencialidad de ser humano ha sido confiscada por los que manejan la actividad económica, política y mando militar. A lo sumo, en tiempos modernos, nos hemos “avivado” en una carrera loca por el desarrollo personal, individualista; sin percatarnos que, con este comportamiento, como sociedad nos estamos destrozando aún más.




Veamos el caso Conga. Una parte de la población peruana ha tomado partido por las mineras Newmont Mining Corporation y Buenaventura, cuando prometen realizar miles de millones de dólares de inversión, contratar más personal, y aumentar el monto de los gravámenes que financiarán los programas de inclusión social. Felizmente los cajamarquinos han hecho sentir la fuerza de sus reclamos, y el proyecto minero Conga ha sido postergado hasta un nuevo Estudio de Impacto Ambiental no parcializado. Pero la incertitud persiste y muchos siguen pensando con el estómago y la sumisión antes que con la cabeza y la independencia de criterio.




Hechas las modificaciones necesarias en el proyecto minero, supongamos que el nuevo Estudio de Impacto Ambiental nos dice que Conga Va. ¿Qué obtendremos a cambio? Según las declaraciones de la Newmont Mining Coroporation (julio 2011), la mina Conga debería iniciar sus operaciones de producción en el 2015 y “pagaría tres mil millones de dólares en gravámenes durante 19 años.”[i] Es decir, pagaría 158 millones de dólares por año. ¿Es suficiente, nos conviene? ¿Sería un buen “negocio” para los peruanos y, en particular, para los cajamarquinos?




Según información de la Superintendencia del Mercado de Valores / BVL / SUNAT / MIMEN[ii], las empresas mineras en el Perú han pagado en gravámenes, en promedio anual, menos del 1% del monto exportado entre los años 2006 y 2010. ¿Es un buen negocio recibir 1 dólar mientras que la empresa minera se lleva 99?




Algo más. Según información de la minera Barrick Gold Corporation, la segunda empresa minera a nivel mundial después de la empresa minera Yanacocha, presenta un costo de producción de 182 dólares[iii] por cada onza de oro producida en el Perú (Lagunas Norte, Alto Chicama). Es decir, la minera Yanacocha estaría ganando 90 dólares con 40 centavos por cada 100 dólares de oro exportado. Y para el Perú queda mucho menos que 9.40 dólares si tomamos en cuenta que tanto la maquinaria y el personal especializado viene del extranjero. Peor aún si tomamos en consideración el destrozo del medio ambiente, de las tierras de cultivo y el agua.




Por otro lado, la minera Yanacocha ha producido 81 mil onzas de oro en 1993,[iv] para luego alcanzar 3.3 millones de onzas en 2005.[v] Y se espera que con la explotación de la minera Conga, Yanacocha estaría produciendo 5.4 millones de onzas de oro.[vi] Es decir, se tendría una producción por el valor de 9.6 mil millones de dólares por año. ¿Es justo que de ese monto prometan dejarnos solamente 158 millones de dólares?




Visto nuestros antecedentes de sumisión y corrupción, creo que debemos pedir consejo a nuestros hermanos campesinos para hacer negocios. Ellos tienen la costumbre de dar sus tierras “al partir”. Si fuera así estaríamos recibiendo 4.8 mil millones de dólares anualmente en lugar de los 96 millones que recibiríamos por el concepto de gravámenes, según la legislación vigente.




Pero, ¿por qué tenemos que doblarnos en cuatro ante las exigencias de las multinacionales mineras? ¿Acaso no podemos hacer un negocio de igual a igual? Los campesinos en la sierra de Cajamarca como en cualquier otra parte, con toda su ingenuidad, hacer negocios de igual a igual cuando entregan sus tierras “al partir”: “yo pongo la tierra, tu las semillas y otros gastos; y la cosecha nos repartimos, en partes iguales.”




Porque en la forma que estamos haciendo “negocios” mineros, ¿para qué sirve ser el primer productor de plata a nivel mundial, el segundo en el zinc y el cobre, tercero en el estaño, cuarto en el plomo y molibdeno y sexto en el oro[vii], si todas esas riquezas sirven únicamente a engordar las economías del Norte? ¿Acaso somos incapaces de conocer nuestras potencialidades naturales, físicas, financieras e intelectuales, a fin de decidir lo que mejor nos conviene en tanto que sociedad?Entonces, ¿por qué el Estado no maneja directamente lo esencial de la industria minera? Ante esta propuesta, algunos dirán rápidamente que el Estado es un mal empresario. Esto es falso. La prueba, sin ir muy lejos lo tenemos en Petrobras. Es una multinacional del petróleo que comienza como una empresa pública a 100%. Actualmente, es el Estado brasileño quien maneja la empresa por que posee el 40% de las acciones ordinarias. Y la petrolera brasileña Petrobras es una multinacional ubicada entre las 15 más grandes del mundo.




Y según la revista Petroleum Intelligence Weekly, dentro de las 100 empresas petroleras más importantes, se encuentran las petroleras estatales como Aramco de la Arabia Saudita que ocupa el primer lugar, Petróleos de Venezuela el quinto, Pemex de México el 11avo. De igual modo, la empresa multinacional francesa Total s.a., al estilo Petrobras en su accionariado, es la primera petrolera en la zona euro. Además existen otras empresas públicas como la StatoilHydro de Noruega, la ENAP de Chile, Petroecuador, YPFB de Bolivia, Petroperú, etc.




¿Por qué no hacer lo mismo en el sector minero? Más aún, con la experiencia que se cuenta en el sector minero y petrolero en el país, ¿por qué no ensayar una nuevo tipo de empresa que evite la corrupción, la debilidad del Estado, conserve el medio ambiente y las tierras agrícolas? Porque ya en el 2005, la revista The Economist anotaba lo siguiente: “En la raíz de los conflictos con las mineras se encuentra la debilidad del Estado Peruano. El gobierno es a menudo corrupto y desperdicia sus riquezas mineras. La corrupción del gobierno autoritario de Alberto Fujimori, […] eliminó los mecanismos de regulación ambiental. A Alejandro Toledo […] le falta autoridad y tiene dificultades para mantener el orden.”




Por consiguiente, lo que requerimos es una empresa de nuevo tipo, que separe economía de la política. Es necesario otorgar a la nueva empresa del país, toda la autonomía en su dirección, administración y manejo financiero. Que ninguno de los puestos ejecutivos o de directorio sean designados por el gobierno de turno. Que sean los técnicos más competentes, no solamente nacionales sino del mundo, que manejen eficientemente nuestras empresas mineras, petroleras y otras. El crecimiento con bienestar general lo exige. Y ya es hora de dejar engordar a los países del Norte.




Frente al capitalismo, audacia y más audacia, nos recomienda Samir Amin, economista y director del Foro del Tercer Mundo. En este sentido, no solamente debemos persistir con una producción de materias primas que alimenta una economía industrial ya venida a menos. El siglo XXI es el de la economía financiera e inmaterial. No perdamos el paso de la Historia, y apostemos por una forma de trabajar que genera mayor valor agregado, crea el mejor cuadro de vida para las personas, y reditúa las más altas utilidades y los mejores salarios a nivel mundial.




La primera lección es, entonces: recuperar a plenitud nuestra autoestima y nuestra personalidad de ser humano con independencia de criterio. Es esta condición humana que nos permitirá afrontar el futuro con audacia y más audacia. Y utilizar dicha fuerza en resolver problemas de índole colectivo olvidados desde hace seis siglos. Porque una gran parte de nuestros problemas se resuelven, única y exclusivamente, a través de decisiones colectivas. Es el caso de las concesiones mineras, petroleras, gasíferas, así como los permisos de explotación, los contratos-Ley, y otros como la pobreza, el desempleo, la violencia, la corrupción…