sábado, 29 de noviembre de 2008

OPINION.- por E duardo Martin Piaggio Farfan

EN DEFENSA DEL GENERAL DONAYRE LOS RIESGOS Y PELIGRO EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION, YA NO SOMOS LIBRES


Por: Eduardo Martin Piaggio Farfan


Debo indicar en principio que no conozco al General Edwin Donayre, sin embargo es de público conocimiento su carácter y su personalidad.

Me motiva a escribir estas líneas una preocupación personal que comparto con ustedes, el adelanto tecnológico que hace posible revelar al mundo nuestras intimidades nos ha restringido nuestra libertad fundamental de expresar lo que queremos decir sin tapujos, es decir nuestro derecho a expresarnos, y este derecho de expresión termina cuando empieza el derecho de un tercero a no ser agredido.

La injuria es el insulto, la difamación es desacreditar públicamente a alguien, y la calumnia es una acusación falsa hecha para causar daño, estos son los tipos penales de los delitos contra el honor, los cuales son perseguidos por la justicia, sin embargo en toda acción penal tiene que evidenciarse la manifiesta voluntad del infractor penal.

En el caso del video del General objetivamente se aprecian una declaraciones poco nobles para quien ejerce el cargo de Comandante General del Ejercito, es obvio que la conducta no es la adecuada, pero veamos el contexto; es una reunión social donde copa en mano el militar falta el respeto a las damas presentes, y a el mismo, con la expresa aprobación de los asistentes quienes asienten con su sonrisa las pachotadas expresadas, esto denota un grado de intimidad entre los asistentes a dicha reunión que permite ese tipo de deslices, y eso no es grave, es vergonzoso, es vulgar, es poco decoroso, pero no es grave, porque es un hecho “privado” que solo afecta a esa pequeña esfera, y no “publico” que debe afectar a todo un país y menos la relación con otro.

¿Cuando lo privado se convierte en publico?
Cuando se difunde.

Estamos en una época en que con total impunidad, se pueden convertir cosas privadas en publicas, con intereses mezquinos, mercenarios y cobardes, ya no somos libres de disfrutar nuestra intimidad, pues somos testigos de cómo se hacen publicas las cosas privadas, como las conversaciones telefónicas, las grabaciones de video, los tratos personales, al margen de carácter legal de estos hechos estamos todos amenazados de que nuestras vidas sean publicadas por cualquiera, pues todos tenemos acceso al mundo de la información, con un celular con cámara (al alcance de todos) y en una cabina de internet (a 1 sol la hora) nos podemos hacer famosos a costa de otros.

Recuerdo el mezquino razonamiento de la periodista Huachana hoy presa en el penal de Santa Monica, para quien los personajes con cierta trascendencia no tienen derecho a la intimidad por ser personajes públicos, ¿acaso Monica Adaro no tenia derecho a su intimidad por ser un personaje mas o menos conocido? Imaginemos que seamos familiares o conocidos de la precitada señora, ¿no nos causaría indignación ver a uno de los nuestros desnudados y desacreditados ante todo el país? Pero como no es uno de los nuestros nos causa morbo y cierto gusto, y que decía la Huachana al respecto, decía que la señora era un prosti vedette, y si asi fuera, ¿que? Estos hechos, estos chismes de farándula, estos escándalos menores que afectan la intimidad de unos pocos, (no por ello con menos derechos) se están repitiendo en mayor escala, y eso si nos afecta, como país, pues nuestra opinión publica se concentra en ellos, la escuela del morbo y el escándalo mediático ha dado sus frutos, y hoy volteamos a ver la nueva escena nacional que nos deja como un país inviable sórdido y corrupto, y peor aun hemos transcendido fronteras.

Recuerdo en la época del colegio el resentimiento hacia el país del sur por la Guerra del Pacifico, la admiración hacia nuestros héroes, y las gloriosas batallas y combates, sin embargo luego de muchos años puedo comprender que la batalla de Arica fue un gran logro militar Chileno de quienes pudieron desde abajo conseguir una victoria, ascendiendo a un morro tomado por sus adversarios, no quiero comentar de nuestros héroes, pero las versiones históricas son hoy tan diversas y distintas a las que me enseñaron en el colegio, lo que si es cierto es que perdimos la guerra pues nos falto una clase dirigencial que asuma esta responsabilidad, pues como sabemos nuestro presidente viajo a Europa a traer armas y no regreso, unos dicen que rapiño nuestra economía, y otros que fue detenido para evitar una masacre mayor en estas tierras, yo no lo se, pero si he podido arribar a la conclusión que las cosas no son como nos la cuentan y debemos beber de varias fuentes para tener un criterio mas o menos definido.

En ese sentido las palabras del General Ayacuchano denotan ese sentimiento anti chileno que nos ha ensombrecido como pueblo durante muchos años, sentimiento que en el mundo actual, globalizado y sin patria es absurdo pues el capital no tiene nacionalidad.

Desde acá hago un llamado para que no nos convertamos en “chacales de la información” en “aves de rapiña” que por ganar unos mendrugos o una notoriedad temporal y efímera nos rebajemos a difundir cuestiones que no sean transcendentes, y si así fueran sea esto con la reserva del caso y a las autoridades correspondientes, porque lo contrario seria ser chismosos a sueldo, o chismosos por propina.

Periodismo si, con responsabilidad.

Con el ruego de su difusión.